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El turista no sabe dónde ha estado. El viajero no sabe dónde irá.

El turista no sabe dónde ha estado. El viajero no sabe dónde irá.

La semana:

Comenzábamos esta semana con la declaración en quiebra del tour operador británico Thomas Cook, el segundo mayor del mundo y el más antiguo: 178 años de historia. La medida ha afectado a 22.000 trabajadores y aproximadamente 600.000 turistas repartidos por todo el mundo (cerca de 70.000 en España). La combinación de un menor gasto de los británicos en vacaciones y el auge del bajo coste y las plataformas online han resultado letales para el grupo. La gota que colmó el vaso fue el fracaso a la hora de asegurar los 200 millones de libras (227 millones de euros) que necesitaba para completar un plan de rescate de unos 1.200 millones. El mismo lunes, tras el anuncio, el Gobierno británico ponía en marcha un programa de repatriación –la operación Matterhorn- para los 150.000 británicos y viajeros procedentes de Reino Unido que se vieron afectados por la quiebra del tour operador. Se trata de la mayor operación de repatriación de británicos desde la segunda Guerra Mundial. Por otra parte, se ha anunciado que investigarán la conducta de los principales ejecutivos de la compañía, quienes cobraron un total de 23 millones de euros en salarios y bonificaciones desde 2014. Todo apunta a que la G (gobernanza) de los criterios ESG no estuvo a la altura. Adquisiciones de otras compañías a precios muy altos, unas proyecciones del negocio basadas en hipótesis equivocadas, y un alto endeudamiento, se han llevado por delante casi 180 años de historia. Y estamos convencidos de que este asunto todavía llenará muchos titulares en los próximos meses.
En un plano más doméstico, las agencias de calificación de solvencia internacionales S&P y DBRS han mejorado la calificación y la perspectiva crediticia del Reino de España. S&P ha elevado el rating desde ‘A-‘ a ‘A’ con perspectiva estable, mientras que la canadiense DBRS, por su parte, mantiene la calificación en ‘A’ pero mejora su perspectiva de ‘estable’ a ‘positiva’, abriendo así la puerta a posibles alzas en el futuro. Los principales motivos son el crecimiento por encima de la media de la zona euro, la mejora de las exportaciones fruto de las ganancias en competitividad, y el avance en consolidación fiscal que permitirá que el déficit se sitúe en 2019 en el entorno del 2% (y que permite una reducción del porcentaje que la deuda representa sobre el PIB). En cuanto a riesgos principales que observan destaca el Brexit, el proteccionismo, la desaceleración económica europea o la subida del precio del petróleo. Aunque no lo subrayan como uno de los principales riesgos, las agencias recuerdan que la ausencia de una mayoría clara para el próximo Gobierno puede terminar dañando el crecimiento a medio y largo plazo al impedir que se hagan reformas para reforzar la solvencia de las cuentas públicas y bajar la elevada tasa de desempleo. Por su parte, S&P Global Ratings ha afirmado que la mejora del rating de España no conllevará la subida «de inmediato» de las calificaciones de los bancos españoles. Así, aunque la mejora del rating soberano conllevará un alivio para la mejora de las ratios de capital de las entidades ajustadas al riesgo, este no es suficiente para alterar la visión sobre la fortaleza de capital de las entidades.
Cuando la FED cambió su discurso y se propuso iniciar la senda de la bajada de tipos, todos los demás bancos centrales importantes siguieron. En este contexto la respuesta del BCE no se hizo esperar y el 12 de septiembre, decidió lanzar otro programa de compra de activos, con planes para comprar 20 mil millones de euros en nuevos valores por mes durante un período de tiempo indefinido. La decisión no se tomó por unanimidad: los miembros alemanes, franceses, holandeses, austriacos y estonios del consejo del BCE han expresado su oposición, no importa que los países que se oponen a la decisión posean el 56% del capital social del BCE y representen el 60% de la producción de la eurozona. Sin embargo, representan sólo 7 de los 25 votos del Consejo de Gobierno del BCE. La Reserva Federal por su parte bajaba los tipos de interés en EE. UU. otro cuarto de punto la semana pasada. Está claro que nadie quiere una divisa fuerte. Una divisa débil, además de generar algo de inflación genera un mayor crecimiento por el sector exterior a través de la mayor competitividad de las exportaciones. Veremos quién gana esta batalla.

Impacto:

¿Dejamos de volar o aprendemos a hacerlo mejor?
Bill Gates, uno de los personajes que más está contribuyendo al cambio de paradigma al que nos enfrentamos, tanto por su papel como fundador de Microsoft como por su actual contribución a la filantropía y al giro de esta hacia la inversión de impacto, ha dado su opinión recientemente al respecto. No, por supuesto que no creemos que haya leído nuestro semanal (hasta donde nosotros sabemos, el español no se encuentra entre los atributos de Bill) sin embargo, su opinión al respecto merece cuando menos, ser escuchada: “Aquellos que quieran cambiar el mundo deberían poner su dinero y energías en las tecnologías que ralentizan las emisiones de CO2 y ayudan a la gente a adaptarse al calentamiento global”, Gates dixit. Condenar la emisión de gases de efecto invernadero, el uso masivo de energías fósiles y los abusos de los derechos humanos en la extracción de materias primas, entre otros, es esencial: hay que girar la tesis desde una teoría de inversión hacia una teoría del cambio en todos los niveles: cuáles son los motores que van a accionar las empresas para lograr un beneficio, el cual, no es sólo económico, también social y medioambiental. Para ello, cortar la inversión no es suficiente, hay que buscar alternativas que nos permitan lograr el cambio que estamos buscando realmente y apoyar a aquellas empresas que están contribuyendo al mismo.

El faro de los mercados:

A pesar de todo lo que está sucediendo en el escenario actual, los inversores parecen tranquilos. Es cierto que en los últimos días hemos vuelto a ver un cierto tirón de los precios de los bonos soberanos. Pero la renta variable apenas se mueve en los últimos días. Como referencia podemos decir que, si mirásemos a los precios de cierre de las últimas dos semanas del S&P 500 en EEUU, entre el nivel de cierre más alto y el más bajo tan solo hay un 0,6% de diferencia. Algo muy difícil de ver en un plazo como ese. Históricamente períodos de muy baja volatilidad o escaso movimiento en un Índice como el norteamericano, vienen seguido de un movimiento brusco. Puede ser al alza o a la baja. Pero lo cierto es que, pese a que los dos grandes bancos centrales han adoptado nuevas medidas de política monetaria expansiva, los grandes Índices norteamericanos siguen sin superar los máximos que vimos en julio. En octubre la atención de los inversores (al margen del culebrón de la guerra comercial), estará en los resultados empresariales del tercer trimestre. Y mucho nos tememos que lo que no han conseguido los bancos centrales lo puedan conseguir los beneficios empresariales, en un entorno económico, que cada vez muestra mayores síntomas de desaceleración (especialmente en la Zona Euro). Pero ya lo decía la canción “Pedro Navaja” de Rubén Blades: “La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida “.

La noticia amable:

La organización Save the children, bajo el lema «La infancia marca», ha creado una campaña para celebrar su centenario y reivindicar que los primeros años de vida son cruciales para el desarrollo de la personalidad y para acceder en igualdad de condiciones a las oportunidades. Save the Children, fundada en Inglaterra 1919 tras la Primera Guerra Mundial, fue la primera organización centrada en la infancia, con la filosofía de que para alcanzar una sociedad diferente era necesario cambiar la vida de los niños. Actualmente trabajan 25.000 profesionales en la organización, 200 de ellos en España.

La frase:

Y nos despedimos con una frase de Henry Ford aplicable al mundo empresarial: “El secreto de mi éxito está en pagar como si fuera pródigo y en vender como si estuviera en quiebra”.